“Mi propuesta es más barata y mejor que la de mis competidores”
¡No hay necesidad! Debemos ponernos de acuerdo qué camino seguir:
- Opción 1: Somos los más baratos, y apuntamos a ganar dinero siendo la opción low-cost para los clientes.
- Opción 2: Nos decidimos a diferenciarnos, ofreciendo mejores alternativas que los competidores, cobrando precios superiores.
Una u otra opción, así de simple. Las dos cosas a la vez resultan en un verdadero infierno: los precios bajos del low-cost y los costos altos de las propuestas diferenciadas.
“Mis precios son muy transparentes: cobro igual a todos mis clientes”
Seguro que nuestros precios serán muy transparentes si realizamos esto, lo que tampoco tengo dudas es que estaremos dejando mucho dinero sobre la mesa. Es imposible que todos los clientes valoren de igual manera nuestra propuesta. Nuestros precios deberían reflejar estas distintas valoraciones.
Segmentar, es decir cobrar precios diferentes por la misma propuesta, es perfectamente ético, y permite llegar a cada cliente con el precio adecuado. Si tienen dudas, prueben a cotizar un pasaje en avión y luego me cuentan.
“Bajemos los precios ganar clientes y luego los comenzamos a subir”
Bajar los precios nos permitirá llegar a más clientes rápidamente. Ni se me ocurre ni discutirlo. Ahora bien, ¿cuántos de esos clientes podremos retener cuando necesitemos subir precios para recuperar rentabilidad?
En poco tiempo nuestro negocio se habrá llenado de compradores de precio, los más difíciles de fidelizar. Estos nuevos clientes no dudarán en huir apenas se acaben los grandes descuentos, o bien cuando nuestros competidores decidan responder con precios aún más bajos. La competencia por precio es uno de los escenarios del cual es más difícil escapar. La mejor recomendación es evitar este tipo de tentaciones.
“El costo determina mi precio de venta”
La carreta no debería empujar al caballo. ¿Por qué basar nuestro precio en un aspecto interno, que sólo es relevante para nosotros, como son los costos? Deberíamos analizar qué ocurre fuera de la empresa: qué valor aportamos al cliente y cuáles son nuestros diferenciales respecto de los competidores del mercado.
Mi propuesta es que primero definamos cuánto cobrar y luego los costos, no a la inversa. La determinación del precio de venta nos permitirá saber en qué nivel de costos puede incurrir la empresa, para vender rentablemente su propuesta. Toda nuestra propuesta (la solución técnica, las inversiones y los recursos empleados) debería estar subordinada a los precios que identificamos que podemos cobrar.
“Los clientes compran principalmente por precio”
No somos Apple, ni Coca Cola, por lo tanto, si no ofrecemos precios bajos, los clientes nunca nos elegirán. Es un error pensar que, en un mercado, cualquiera sea, “la gran mayoría” de los clientes sólo deciden por precio. Si nos ocurre que nuestros clientes sólo miran el precio al momento de comprar, deberíamos preguntarnos si en realidad estamos ofreciendo alguna solución diferente al resto.
Diferenciarnos, no solo por el producto ofrecido, sino también por los atributos que forman parte de nuestra “propuesta ampliada” como por ejemplo el servicio al cliente, la disponibilidad, el respaldo, la cercanía, el cumplimiento de normas de higiene y seguridad, resultan excelentes alternativas para dejar de depender del precio como principal argumento de venta.
Genial como siempre Ariel, muchas gracias por compartir.
Gracias Juan Pablo por tu comentario 👊
Gracias Ariel
Por compartir y abrirnos la cabeza en estos momentos difíciles.
Gracias José por tus amables comentarios! 💪
Muy interesante y claro tu articulo Ariel. Muchas gracias por compartirlo.
Hola.Incluir la palabra “precio” en la comunicación publicitaria de la empresa, ¿es recomendable? o comunicamos algún atributo del producto y que el precio lo valore el cliente de manera no explicita. Saludos!!
Hola Gerardo.Cómo estás? No hay una regla general respecto de si publicar o no los precios, depende mucho de la situación y estrategia de cada empresa. En casos donde por ejemplo el cliente puede estar temeroso acerca de los posibles precios, hay empresas que comunican “precios desde $XXX” para generar la percepción de que están al alcance de muchos, aunque sin detallar todos los precios. Espero que los comentarios te resulten de utilidad. Saludos💪
Muy buen articulo. Pareciendo sencillo es muy complejo e interesante.
Muchas gracias Ricardo por tus comentarios! Me alegro mucho de tus impresiones sobre este artículo.
Muchas gracias Profesor! por hacernos ver claramente en los errores que caemos tan fácilmente al momento de definir nuestros precios. Un saludo!
Gracias Estefanía! Me alegra mucho saber que esto te resulta de utilidad. Un gran saludo!
Hola Ariel. Tengo una escuela de cine online, en donde implementé hacer seminarios gratuitos para llamar la atención de nuevas personas para que luego hagan seminarios pagos. Te doy la razón: no compran.
Saludos!
Gracias Leandro por compartir tu experiencia! Un gran saludo!
Muchas gracias Ariel! Me despejaste muchas dudas con este artículo! Excelente!!
Gracias Damián! Un gran alegría saber que el artículo te resultó de utilidad 💪
Muy buena nota Ariel!
Gracias Gabriel! Abrazo grande!
Muy buenas ideas y tips recomendables!! Gracias Ariel
Muchas gracias Pablo por tu valoración!👊
Muy prácticos tus puntos y certeros, y en un emprendimiento caí en el “vender barato y luego subir precios, e intentar fidelizar fue muy difícil. Y el diseño de tu artículo me gustó, te felicito. Yo apenas empiezo en el compartir en mi blog, claro en otro tema. Saludos desde Guatemala.
Muchas gracias Marco por tus comentarios!